Columna: El abogado también es garante: por eso impetré la nulidad del Decreto 639 de 2025
Por: Cristian Torres DLR, abogado experto
Podemos ejercer el Derecho desde la academia, desde la cátedra, desde el escritorio, desde los estrados. Pero hay momentos que exigen algo más. Momentos en los que se pone a prueba el temple, la vocación y el compromiso con la Constitución que juramos defender. Momentos en los que la pluma también debe convertirse en acción.
El fin de semana pasado tenía muchas cosas pendientes. Pero hubo algo más fuerte que cualquier diligencia o plan personal: la necesidad profunda de hacer lo correcto. Sabía que no era obligatorio. Nadie me lo pidió. No era un caso de cliente. Era un caso de país. De responsabilidad ciudadana. De dignidad jurídica.
Así que me senté, revisé el Decreto 639 de 2025, lo leí, lo releí, lo diseccioné. Busqué su soporte constitucional, lo confronté con la jurisprudencia del Consejo de Estado, con las competencias del Ejecutivo, con el bloque de legalidad y con las bases del Estado Social de Derecho. El resultado fue contundente: una norma que a mi juicio vulnera principios estructurales, rompe equilibrios, erosiona controles, y plantea un precedente administrativo sin frenos. Por eso la demandé. No por aplausos, sino por convicción.
Sé que muchos abogados se preguntan si vale la pena meterse en estos temas, sin contrato, sin remuneración, sin intereses procesales. Yo respondo que sí. Porque el abogado también es garante. Porque no podemos ser espectadores de los actos que afectan el orden constitucional, ni simples comentaristas de los excesos del poder.
La demanda que presenté ante el Consejo de Estado busca la nulidad simple del Decreto 639 de 2025. Pero más allá del expediente, lo que busco es invitar a la comunidad jurídica —abogados, jueces, estudiantes, docentes— a que no dejemos de participar en las grandes discusiones. Porque la legitimidad no solo se construye desde los cargos públicos: también desde el ejercicio valiente de la profesión.
El hierro se afila con hierro. Y los abogados se forjan en la batalla jurídica. No me jacto de ser perfecto, pero sí puedo decir que estoy haciendo lo que creo correcto. Esta es mi manera de servir. Esta es mi forma de sumar.
