Colombia, aún podemos
Estamos cansados. Quienes producimos, quienes educamos, quienes madrugamos a construir con legalidad, quienes soñamos con un país posible para nuestros hijos, estamos exhaustos.
No de trabajar, sino de vivir atrapados en esta niebla tóxica que lo nubla todo: el odio, la división, el resentimiento convertido en bandera.
Nos duele ver a la patria en manos de quienes no la han sembrado.
Nos duele el país convertido en campo de batalla entre discursos vacíos y escándalos diarios, mientras la ciencia, la empresa y el conocimiento quedan relegados al último plano. Nos duele que se aliente la calle, la destrucción, la rabia… como si el enemigo fuera quien ha luchado por vivir con dignidad.
Y, sin embargo, todavía creemos.
Todavía hay esperanza. A pesar del gris, de esta oscuridad institucional, de este desprecio por el mérito, aún hay colombianos que no se rinden.
No necesitamos más ruido.
Necesitamos gerencia. Ejecución. Respeto por el conocimiento. Liderazgo sin resentimientos. Un nuevo rumbo: uno donde la política no sea espectáculo sino estrategia, donde la educación vuelva a importar, donde el empresario sea aliado del progreso y no blanco de insultos.
Colombia no está perdida.
Está confundida.
Pero cuando el país decida despertar de esta pesadilla populista, ahí estaremos. De pie. Sin rencores. Con una visión clara y con el deseo intacto de reconstruir desde el orden, el respeto, el trabajo y la excelencia.
Porque este país no lo van a salvar los que gritan más fuerte.
Lo van a salvar los que nunca han dejado de sembrar.
Cristian Torres DLR.
