Al menos 14 muertos en nuevo bombardeo a múltiples lanchas en el Pacífico por E.E.U.U.

El Gobierno de Estados Unidos ha escalado su ofensiva militar contra el narcotráfico con una serie de ataques “cinéticos letales” contra presuntas embarcaciones de transporte de drogas en el Océano Pacífico oriental. Los reportes más recientes indican la destrucción de múltiples lanchas rápidas en operaciones que han resultado en la muerte de al menos 14 personas en un solo día, elevando el total de víctimas mortales por esta política a más de 50 en las últimas semanas.
Expansión de la “Guerra”
La nueva ola de bombardeos marca una expansión geográfica y un endurecimiento de la estrategia de la administración estadounidense. Si bien los primeros ataques aéreos y navales se concentraron en el Caribe, ahora el foco se ha trasladado al Pacífico, frente a las costas de países como Colombia. Esta zona es considerada una ruta crucial para el tráfico de narcóticos hacia Norteamérica.
El secretario de Guerra de EE. UU., Pete Hegseth, ha sido la voz principal de esta campaña, justificando los ataques bajo el argumento de la “defensa propia” y equiparando a los tripulantes de las lanchas con “narcoterroristas”.
“No habrá refugio ni perdón, solo justicia”, sentenció Hegseth, reiterando que la política de la Casa Blanca considera a los cárteles de la droga como una amenaza a la seguridad nacional comparable a la de grupos terroristas como Al Qaeda.
Tensión Diplomática y Debate
La ofensiva está generando una intensa controversia internacional y un aumento de la tensión con varios gobiernos de la región:
- Colombia: El gobierno ha exigido explicaciones y ha denunciado que los ataques representan una violación de su soberanía cuando ocurren cerca de sus aguas.
- Venezuela: Las autoridades han calificado las operaciones como una “agresión militar” y una maniobra para justificar una escalada bélica.
- Cuestionamiento Legal: Expertos en derecho internacional y voces críticas en la región cuestionan la legalidad de estos ataques, que a menudo se llevan a cabo sin presentar pruebas públicas de la carga de las embarcaciones o la identidad de sus tripulantes, y sin recurrir a métodos de detención menos letales por parte de la Guardia Costera.
Esta operación, que ha sido anunciada con el objetivo de detener el flujo de cocaína y fentanilo, también ha llevado a considerar la posibilidad de realizar ataques dirigidos a objetivos terrestres en el futuro, sin especificar territorios, lo que profundizaría aún más la confrontación en la región.
