6 diciembre, 2025
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Colegios no pueden reprobar a estudiantes sin previo acompañamiento académico

El Gobierno colombiano ha blindado los derechos educativos de los estudiantes con una norma clave que impide a las instituciones educativas decidir la pérdida del año escolar sin haber implementado previamente un acompañamiento académico y una comunicación constante con los padres de familia.

La medida busca asegurar que los procesos de evaluación sean justos, transparentes y se centren en la mejora del aprendizaje, eliminando las decisiones arbitrarias al finalizar el ciclo lectivo.

Proceso de Evaluación No Puede Ser Unilateral

Esta disposición legal se fundamenta en el Decreto 1290 de 2009 y está respaldada por el Artículo 2.3.3.3.3.17 del Decreto 1075 de 2015. Estas normativas establecen que el Sistema Institucional de Evaluación de los Estudiantes (SIEE) de cada colegio debe contemplar:

* Criterios Claros y Seguimiento Individual: El colegio debe tener mecanismos claros para identificar a los alumnos con bajo rendimiento.

* Acompañamiento Obligatorio: Si un estudiante presenta un bajo desempeño, la institución está en la obligación de brindarle apoyo académico y estrategias de mejora temprana.

* Comunicación Constante: Es un deber del colegio informar a los padres o acudientes sobre el progreso académico y citarlos formalmente para registrar los resultados del seguimiento periódico.

El abogado Fernando Beltrán, experto en convivencia escolar, ha señalado que si un estudiante presenta bajo rendimiento, tiene derecho a recibir el apoyo y los padres tienen derecho a estar informados. Enfatizó que la pérdida del año no puede ser una decisión repentina ni unilateral, y que las familias tienen derecho a exigir respuestas si sienten que la institución incumplió con su deber de acompañamiento.

Responsabilidad Compartida

La ley impulsa un modelo educativo que prioriza la prevención sobre el castigo y busca reducir los índices de repitencia y deserción escolar en el país.

Si bien la normativa obliga a los colegios a consolidar espacios de diálogo y aplicar estrategias de apoyo, también subraya la importancia del compromiso activo de los estudiantes con sus procesos formativos y el respeto por las normas de convivencia institucionales. De esta manera, se busca equilibrar las responsabilidades entre la institución, la familia y el alumno, asegurando un proceso educativo integral.

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